Fundador de los Padres y Hermanas pasionistas
Fiesta: 19 de Octubre
De las cartas de San Pablo de la Cruz: Predicamos a Cristo
crucificado
Nació en Ovada (Liguria) el año 1694; de joven ayudó a su
padre en el oficio de mercader. Movido por el deseo de perfección, renunció a
todo y se dedicó al servicio de los pobres y los enfermos, juntándosele después
varios compañeros. Ordenado sacerdote, trabajó con intensidad creciente por el
bien de las almas, estableciendo casas de la Congregación que él había fundado,
ejerciendo la actividad apostólica y mortificándose con duras penitencias.
Murió en Roma el día 18 de octubre del año 1775. -Del Oficio de Lectura
Vida de San Pablo de la Cruz
Pablo Danei Massari nació en Ovada, Italia, el 3 de enero de
1694; más tarde se trasladó a Castellazzo-Bormida, no lejos de su pueblo natal.
Su madre le enseñó a encontrar en la Pasión de Cristo la fuerza para superar
las pruebas. Le recordaba del crucifijo cada vez que experimentaba algún
sufrimiento. Enamorado de Jesús Crucificado desde su infancia, quiso entregarle
toda su vida.
Su padre le leía las vidas de Santos y esto lo animaba mucho
a ser mejor. Aquel buen hombre le avisaba también acerca de lo peligroso y
dañino que es juntarse con malas compañías. Así lo libró de muchos males.
A los 15 años, un inspirado sermón cambió su vida. Su tema
era la frase de Jesús: "Si no se convierten y no hacen penitencia, todos
perecerán". Para Pablo fue el
momento que el llama "conversión". Hizo una confesión general y desde
aquel día empezó a una vida de penitencia muy rigurosa. Dormía en el
suelo, ayunaba, dedicaba varias horas de
la noche a rezar y a leer libros santos. Luego organizó con algunos de sus compañeros
una asociación de jóvenes para ayudar a los demás con sus palabras y buenos
ejemplos a ser mejores. Varios de esos muchachos se hicieron religiosos
después. Durante una grave enfermedad, la visión del infierno le horrorizó.
Hacia 1715-1716, deseoso de servir a Cristo, se alistó en el ejército
en Venecia. Quería defender el cristianismo de los turcos que amenazaban a
Europa. Pero, mientras adoraba el Santísimo Sacramento en una iglesia,
comprendió que no era aquella su vocación. Abandonó el camino militar, sirvió
algunos meses en una familia y regresó a casa. Aunque un tío sacerdote le
dejaba una herencia para que se casara, Pablo renunció. Rechazó también unos
negocios muy prometedores que le ofrecían y se quedó por varios años en la casa
de sus padres dedicado a la oración, a la meditación y a practicar la caridad
hacia los pobres.
Hacer memoria del Crucificado
La Virgen María se le apareció y le dió a conocer el hábito,
el emblema y el estilo de vida de una comunidad religiosa, que giraría siempre
en torno a Jesucristo Crucificado. Pablo presentó estos mensajes al obispo de
Alejandría, Mons. Gattinara y a su director espiritual. Previo el juicio de
confesores prudentes, el obispo le revistió del hábito de la Pasión el 22 de
noviembre de 1720. Se pasó 40 días en
una habitación junta a la sacristía de la iglesia de San Carlos, en Castellazzo
para redactar los Reglamentos de la futura comunidad a quienes llamaba
"Los Pobres de Jesús". Vivía
todo este tiempo a pan y agua y durmiendo en un lecho de paja. Sus experiencias
y el estado de su espíritu durante aquella "cuarentena" se han
conservado con el nombre de "Diario Espiritual".
Concluida la experiencia, el obispo le autorizó a vivir en la
ermita de San Esteban de Castellazzo y a realizar apostolado como laico,
ayudando a los sacerdotes a dar clases de catecismo y dando misiones. En el
verano de 1721 viajó a Roma, con el deseo de obtener del Papa una audiencia, a
fin le explicarle las luces recibidas sobre una futura Congregación. Los
oficiales de la residencia Papal no le dejaron entrar por parecerles un
aventurero más.
Votos y Fracasos
En la basílica de Santa María la Mayor de Roma, ante la
Virgen "Salus Populi Romani", hizo voto de consagrarse a promover la
memoria de la Pasión de Jesucristo.
De regreso a su pueblo se detuvo un poco en Orbetello, en la
ermita de la Anunciación de Monte Argentario. En Castellazzo se le asoció su
hermano Juan Bautista y se fueron a hacer vida eremítica en Monte Argentario.
Después, invitados por Mons. Pignatelli, estuvieron en la ermita de Nuestra Señora
de la Cadena en Gaeta. Mons. Cavallieri los recibió un tiempo en Troia y
volvieron a Gaeta, pero esta vez fueron al santuario de la Virgen de la Civita,
en Itri.
Fracasaban una y otra vez los intentos de fundar una
comunidad. Para ser predicadores de la Pasión necesitaban acceder al sacerdocio
por lo que viajaron a Roma. En el hospital de San Gallicano atendieron a los
enfermos mientras estudiaban teología. El Papa los saludó en el Celio, junto a
la iglesia llamada 'La Navicella' y les permitió oralmente fundar en Monte
Argentario. Una vez ordenados sacerdotes en 1727, los dos hermanos abandonaron
Roma para marchar a Monte Argentario.
Los primeros candidatos que se presentaron pidiendo ser
admitidos en la nueva Congregación encontraron demasiado duro el Reglamento y
se retiraron. Mientras tanto San Pablo de la Cruz y un compañero suyo viajaban
por los pueblos predicando misiones y obteniendo muchas conversiones.
Comienzos de la Comunidad de los Pasionistas
El Papa Benedicto XIV aprobó los Reglamentos pero
suavizándolos un poco. Entonces empezaron a llegar novicios y pronto tuvo tres
casas de religiosos pasionistas.
En todas las ciudades y pueblos a donde llegaba predicaba
acerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo. Le gustaba utilizar símbolos que
ayudasen a expresar la pasión. A veces se presentaba con una corona de espinas
en la cabeza, siempre llevaba en la mano una cruz. Con los brazos extendidos,
el santo hablaba de los sufrimientos de Nuestro Señor en forma que conmovía aun
a los más duros e indiferentes. A veces, cuando el público no demostraba
conversión, se azotaba violentamente delante de todos, por los pecados del
pueblo, de modo que hacía llorar hasta a los soldados y a los bandoleros.
Un oficial que asistió a algunos de sus sermones decía:
"Yo he estado en muchas batallas, sin sentir el mínimo miedo al oír el
estallido de los cañones. Pero cuando este padre predica me hace temblar de
pies a cabeza". Es que Dios le había dado la eficacia de la palabra y el
Espíritu Santo le concedía la gracia de conmover los corazones.
En los sermones era duro para no dejar que los pecadores
vivieran en paz con sus vicios y pecados, pero luego en la confesión era
comprensivo y amable, invitándolos a hacer buenos propósitos, animándolos a
cambiar de vida, y aconsejándoles medios prácticos para perseverar siendo
buenos cristianos, y portándose bien.
Dones extraordinarios
Dios colmó a San Pablo de la Cruz con dones extraordinarios.
A muchas personas les anunció cosas que les iban a suceder. Curó a innumerables
enfermos. Estando a grandes distancias, de pronto se aparecía a alguno para
darle algún aviso de importancia y desaparecía inmediatamente. Rechazaba toda
muestra de veneración que quisieran darle pero las gentes se apretujaban junto
a él y hasta le quitaban pedacitos de su sotana para llevarlos como reliquias y
recuerdos.
Con su hermano Juan Bautista trabajaron siempre juntos
predicando misiones, enseñando catecismo y atendiendo pobres. Como ambos eran
sacerdotes, se confesaban el uno con el otro y se corregían en todo lo
necesario. Pablo sufrió mucho la muerte de su hermano en 1765.
Aunque desde 1747 San Pablo fue siempre superior general, no
dejó de predicar ni de escribir cartas como director espiritual. El Instituto
tropezó con oposiciones dentro de un sector de la lglesia y la fundación de
varios conventos se suspendió hasta que una comisión pontificia dictaminó en
favor de los Pasionistas.
Religiosas pasionistas.
San Pablo de la Cruz fundó la comunidad de las Hermanas
Pasionistas que se dedican también a amar y hacer amar la Pasión y Muerte de
Nuestro Señor Jesucristo. Una campesina, Lucía Burlini, le habló de las
"palomas del Calvario", símbolo de unas almas con el mismo espíritu
contemplativo que los religiosos. Aunque Pablo tardó casi cuarenta años en
realizar esta idea, en 1771 nacieron las Pasionistas de clausura en Corneto,
Tarquinia. Al frente puso a Ma.Crucificada Constantini, benedictina, que con
permiso de Clemente XIV pasó al nuevo monasterio.
Ultimos años
En 1772 sintiéndose muy enfermo mandó pedir al Papa su
bendición para morir en paz. Pero el Sumo Pontífice le respondió que la Iglesia
necesitaba que viviera unos años más. Entonces se mejoró y vivió otros tres
años.
Después de la supresión de la Compañía de Jesús, Clemente XIV
llevó a los Padres de la Misión a la iglesia de San Andrés del Quirinal y
concedió a Pablo de la Cruz la casa y la basílica de los Ss. Juan y Pablo. En
ella, junto al Coliseo, vivió los últimos años de su vida; allí recibió las
visitas de Clemente XIV, en 1774, y de Pío V1 en 1775. Y allí falleció unos
meses más tarde, el 18 de octubre de 1775, a la edad de ochenta años.
Sus reliquias se conservan en la capilla que se inauguró en
1880.
En 1867 fue declarado santo.