Mons. Miguel Irizar Campos, C.P.
25 de Abril de 2001
Compromiso Ético por el Perú.
Saludo de Mons. Miguel Irizar Campos al Presidente de la
República
con ocasión de la Presentación del Documento
Señor Presidente:
El vicio de la corrupción socava el desarrollo social y
político de los pueblos. Es un fenómeno creciente que va penetrando
insidiosamente en muchos sectores de la sociedad, burlándose de la ley e
ignorando las normas de justicia y de verdad.
La corrupción es difícil de contrarrestar, porque adopta
múltiples formas; sofocada en un área, rebrota a veces en otra. El hecho mismo
de denunciarla requiere valor. Para erradicarla se necesita, junto con la
voluntad tenaz de las autoridades, la colaboración generosa de todos los
ciudadanos, sostenidos por una fuerte conciencia moral.
Una gran responsabilidad en esta batalla recae sobre las
personas que tienen cargos públicos. Es cometido suyo empeñarse en una ecuánime
aplicación de la ley y en la transparencia de todos los actos de la
administración pública.
El Estado al servicio de los ciudadanos, es el gestor de los
bienes del pueblo, que debe administrar en vista del bien común. El buen
gobierno requiere el control puntual y la corrección plena de todas las
transacciones económicas y financieras. De ninguna manera se puede permitir
--como ha ocurrido entre nosotros en el Perú- que los recursos destinados al
bien público sirvan a otros intereses de carácter privado e incluso criminal.
El uso fraudulento del dinero público castiga sobre todo a
los pobres, que son los primeros en sufrir la privación de los servicios
básicos e indispensables para el desarrollo de la persona. Cuando la corrupción
se introduce en la administración de la justicia, son también los pobres los
que han de soportar con mayor rigor las consecuencias: retrasos, ineficiencia,
carencias estructurales, ausencia de una defensa adecuada.
Estas consideraciones éticas las he asumido del mensaje del
Santo Padre Juan Pablo II en la Jornada Mundial de la Paz del año 1998.
Señor Presidente, usted ha querido llamarnos para constituir
este grupo de trabajo de Iniciativa Nacional Anticorrupción que ha de formular
un diagnóstico sobre la corrupción en nuestro país y promover una agenda
nacional de lucha contra la corrupción a través de lineamientos de políticas
públicas.
No es fácil la tarea que se nos ha confiado y en un plazo de
tiempo corto; pero en el compromiso que estamos asumiendo y que usted mismo
lidera ejemplarmente, no solo involucra a nuestras personas sino a todos los
ciudadanos y ciudadanas del Perú: Estado, sociedad civil, grupos políticos,
autoridades, fuerzas armadas, policía nacional y la ciudadanía toda.
Para eso estamos aquí respondiendo a su invitación y para
alcanzarle Señor Presidente el primer esbozo de un plan y un compromiso ético
por el Perú contra la corrupción que ha socavado nuestra sociedad y nuestras
instituciones públicas. Esta primera entrega todavía germinal plantea
fundamentalmente cuatro objetivos:
Esta primera entrega todavía germinal plantea
fundamentalmente cuatro objetivos:
• Institucionalizar la lucha contra la corrupción.
• Promover la ética pública.
• Garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en la
gestión pública.
• Fomentar la vigilancia ciudadana.
Para alcanzar esos objetivos estamos proponiendo algunas
acciones concretas y determinados instrumentos legales e institucionales y
sobre todo destacamos los criterios éticos y morales que deben inspirar y
animar este proceso de regeneración moral e institucional del país.
Nuestra propuesta, todavía incipiente, que sometemos a su
digna consideración, está abierta a las sugerencias e iniciativas de las
diferentes instituciones y actores de la sociedad civil. Para ello, reclamamos
el compromiso personal y colectivo de todas las fuerzas vivas potenciando las
reservas morales que todavía guarda nuestro pueblo del Perú.
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