Virgen del Carmen de la Legua,
Madre de Nuestro Pueblo
Carta Pastoral
de Monseñor Miguel Irizar Campos, C.P.
Obispo del Callao
al clero y a los fieles,
con motivo del 50° Aniversario de la
Coronación Canónica de la Virgen del Carmen de la Legua
Callao 2001
Cuando llegué al Callao, hace once años, descubrí el rostro
amoroso de la Madre de este pueblo del Callao, la Virgen del Carmen de la
Legua, y puse en sus manos maternales mi servicio episcopal. Durante mis años
como Pastor de esta Diócesis, no he cesado de experimentar su constante
compañía y protección.
Posteriormente, en nuestro itinerario jubilar del Año Santo,
hemos recurrido a nuestra Madre del Carmen de la Legua, convirtiéndola en
peregrina y pregonera de la Misión Jubilar. Ella ha visitado nuestras
parroquias y comunidades, anunciando la misión y preparando los corazones de
sus hijos del Callao para el encuentro con su Hijo Jesucristo.
Ahora, en la etapa final de este tiempo extraordinario de la
Misión Jubilar en nuestras parroquias, como Iglesia local volvemos nuestros
ojos a la Madre de los “chalacos”, que en su memoria histórica descubren el
singular don de la imagen venerada desde el año 1606 aproximadamente, en el
Santuario que sus antepasados dedicaron en la Legua a su Madre y Patrona.
Con especial cariño recuerdo a mi querido predecesor,
Monseñor Ricardo Durand Florez, S.J., quien con devoción filial consagró el
Callao al Inmaculado Corazón de María, el año 1988 y, en 1991 declaró a nuestra
Provincia Constitucional como ciudad mariana.
En el presente año evocamos con gozo y gratitud la Solemne
Coronación canónica de la imagen de nuestra Señora del Carmen de la Legua, que
se realizó por especial concesión de Su Santidad el Papa Pío XII, el 7 de
octubre de 1951.
En este largo caminar carmelitano de nuestra Iglesia en el
Callao, el Señor nos ha bendecido con la fundación del Monasterio de la Sagrada
Familia, de las Madres Carmelitas Descalzas, iniciado en julio de 1998 en el
fundo denominado Oquendo.
Esta tan querida comunidad contemplativa de las Hijas del
Carmelo ha sido una nueva bendición de nuestra Madre, que en estos años nos ha
hecho sentir la fuerza oculta que ellas significan para la obra evangelizadora
de nuestra Iglesia diocesana a la que hemos declarado en estado permanente de
misión.
Al mismo tiempo, he venido soñando y diseñando junto con
nuestros más inmediatos colaboradores y arquitectos un proyecto complementario
e integral del histórico Santuario de la Virgen del Carmen de la Legua, cuya
construcción se hará realidad en los próximos meses gracias al auspicio de la
Municipalidad Provincial del Callao y a la financiación de “CTAR Callao”.
Creo sinceramente que esta obra será grata a nuestra Madre y
Patrona, que nos inspira y anima en el plan que estamos promoviendo en vistas a
contar con una pastoral específica de Santuario, haciendo que este lugar santo
se convierta en casa de oración, en centro de renovación espiritual, meta de
peregrinaciones de las comunidades parroquiales, lugar de escucha de la
Palabra, espacio de reconciliación y escuela de comunión y solidaridad para
todos los fieles de nuestra Provincia Constitucional.
Al diseño arquitectónico que conjuga espacios de escucha de
la Palabra, de catequesis, capilla de la Reconciliación, todo ello en torno al
histórico templo del Carmen, agregaremos la nueva residencia de la comunidad de
sacerdotes que atenderán espiritual y pastoralmente al Santuario de nuestra
Madre y Patrona.
Queremos de esta manera darle una especial significación y un
valor de presencia y cercanía a la Madre del Redentor, a quien los hijos del
Callao veneran filialmente desde hace cuatro siglos bajo la dulce advocación de
Nuestra Señora del Carmen de la Legua.
La propia denominación de “Legua” nos sugiere una distancia
y, al mismo tiempo, un hito en nuestro recorrido del puerto del Callao a la
ciudad de Lima. Pero, sobre todo, el Santuario del Carmen, que ha resistido los
embates de la naturaleza y del tiempo, nos evoca un lugar de descanso, de
encuentro con Dios a través de la presencia de la Madre del Monte Carmelo. Ella
nos conduce al Monte que es Cristo-Jesús, su Hijo, Camino que nos conduce al
Padre y nos acerca y comunica con nuestros hermanos en sus sufrimientos y
esperanzas, como Pueblo de Dios en camino.
La experiencia del Jubileo, en el que hemos contemplado más
de cerca el rostro de Jesús, el Hijo de Dios y el Hijo de María, nos invita a
seguir contemplando el rostro del Señor y a comunicarlo por la palabra y el
testimonio, haciéndonos cada vez mejores testigos suyos en el mundo de hoy.
Durante el Año Santo del Jubileo hemos fijado nuestra mirada
en ese rostro de Jesús sufriente y resucitado, viviente hoy en la Iglesia.
El dinamismo que la experiencia jubilar nos ha proporcionado,
debe ahora impulsarnos, como nos lo pide el Santo Padre Juan Pablo II, a un
dinamismo evangelizador y misionero renovado, “remando mar adentro”,
aprovechando el entusiasmo que estamos viviendo a lo largo de las sucesivas
etapas de la Misión Jubilar diocesana.
Con Juan Pablo II os decimos: “Es mucho lo que nos espera y
por eso tenemos que emprender una eficaz programación pastoral post-jubilar.
Sin embargo, es importante que lo que nos propongamos, con la ayuda de Dios,
esté fundado en la contemplación y en la oración. El nuestro es un tiempo de
continuo movimiento, que a menudo desemboca en el activismo, con el riesgo
fácil de «hacer por hacer». Tenemos que resistir a esta tentación, buscando
«ser» antes que «hacer»” (Novo Millennio Ineunte, 15).
Convoco a todos los fieles chalacos a vivir con intensidad y
fervor este tiempo de gracia, que es Jubileo Mariano, para nuestra Iglesia
particular, en el cincuentenario de la Coronación de Nuestra Señora del Carmen
de la Legua.
Particularmente, exhorto a nuestros párrocos y sacerdotes a
que preparen y animen a sus comunidades, mediante catequesis y celebraciones
litúrgicas especiales, poniendo particular esmero en la celebración del
sacramento de la reconciliación que dispondrá nuestros corazones a la solemne
conmemoración que realizaremos el próximo 7 de octubre en la gran Eucaristía de
Acción de Gracias en el lugar que señalaremos oportunamente.
Santísima Madre del Carmen de la Legua, bendice a todos
nuestros sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas, y a todos nuestros
fieles laicos, para que escuchando en su corazón la Palabra de tu Hijo Jesús,
se sientan Iglesia viva, discípulos y seguidores enviados a dar la Buena
Noticia, aquí y ahora, en esta Iglesia que está en el Callao y más allá de sus
fronteras.
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